Isabel Guerrero

                      Rebobinando al pasado en tiempo presente, cabe la posibilidad de hacer de un sueño una realidad. Si vuelvo atrás, me veo junto a una cajonera con temprana edad, envuelta en una gran curiosidad entre mezclada con la ilusión y las ganas de investigar, conocer y enriquecerme de todo aquello que desde mi cuna me acompaña.                       Y no creáis que era una grandiosa cajonera por su valía económica, para nada, era todo lo contrario, humilde y sencilla aunque para mí representaba el mayor tesoro por lo que en su interior hallaba. En ella encontré la mayor herencia que se pueda recibir...                       Las horas pasaban volando en la habitación junto a un radiocasete que entonaban las saetas de la Faraona, los cantes de Mairena, la inconfundible voz de Marchena, los fandangos del Gloria y un sin fin de cantes, toques y estilos de cantaores y cantaoras que marcarían en mi interior lo que desde algún tiempo he ido fraguando.